¿Por qué la Biblia da prioridad al pueblo judío?

Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego.

Romanos 1:16 LBLA

En términos de historia, cultura y pactos, el Evangelio fue prometido y predicado primero a los judíos y luego a los gentiles. Esto no quiere decir que el Evangelio sea exclusivamente para los judíos, sino que, como nación escogida, Dios se reveló primero a ellos.
 
Su plan para Israel era que ellos fueran la luz entre las naciones para señalarnos al Padre por medio de:
 
  1. Su obediencia en guardar sus mandamientos
  2. Su obediencia en ser separados para servir a Dios
  3. Su obediencia de recordar las citas divinas por medio de la celebración de las fiestas como Dios  lo ordenó (el día del reposo, La Pascua, etc.)
¿Tuvo Israel reyes y líderes corruptos a lo largo de la historia que los desviaron de los estatutos, ordenanzas y mandamientos de Dios? ¡Absolutamente!
 
Pero siempre ha habido un remanente que se ha mantenido fiel a lo largo de los siglos para honrar y obedecer al Único Dios Verdadero de sus padres Abraham, Isaac y Jacob. Nosotros, los creyentes gentiles, ciertamente podemos aprender de su ejemplo de devoción y fe.
 
Antes de ascender al cielo, Yeshúa (Jesús) instruyó a sus discípulos a ser llenos del Espíritu Santo que les daría poder para predicar el Evangelio. Los discípulos debían ser testigos (difundir el mensaje del Evangelio) comenzando con Jerusalén primero y luego pasar a las naciones gentiles:

Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

Hechos 1:8 LBLA

Hay un orden en los pactos de Dios. Primero hizo un pacto con Abraham:

Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.

Génesis 12:2-3 LBLA

A través del sacrificio de Yeshúa en la cruz, ahora somos participantes de las promesas del pacto que Dios hizo a Israel:

Recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo.

Efesios 2:12-13 LBLA

Foto cortesía de Allen Gutierrez

Somos injertados en el Olivo (Israel)por el sacrificio de Yeshúa:

y tú, siendo un olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz del olivo.

Romanos 11:17b

En la cruz, Yeshúa reunió a judíos y gentiles ¡dándonos el mismo acceso al Padre! ¿Puedes ver la gracia de Di-s? ¡Él tenía en mente la salvación de los gentiles todo el tiempo!

Porque Él mismo es nuestra paz, quien de ambos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo la paz, y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.

Efesios 2:14-16 LBLA

Israel es el primogénito de todas las naciones. Así agradó al Padre. Por eso son los primeros.
 
Piense en Israel como un hijo primogénito en un hogar. En mi caso, tengo dos hijas. Las quiero mucho a los dos. No puedo amar a una más que al otra.
 
Mi primogénita es Gianna. Por mucho que ame a mi querida Nathalia, nuestra segunda hija, nunca podrá ocupar el lugar de su hermana mayor. Gianna siempre será la primogénita no por elección, sino por voluntad divina.
 
De manera similar, Israel es primero que todas las naciones del mundo, no porque lo elijieron, sino por voluntad divina.
 
Los hebreos no eran los más grandes de todas las naciones. ¡Eran esclavos!

El Señor no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; mas porque el Señor os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, el Señor os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto.

Deuteronomio 7:7-8

Agradó al Padre crear una gran nación de esclavos. ¿Por qué? Porque hizo una promesa a Abraham,

Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición…

Génesis 12:2

Agradó a Dios hacer de judíos y gentiles “un solo hombre nuevo” a través de la muerte de Jesús en la cruz.
 
Dios ama tanto a los judíos como a los gentiles, y escogió a cada uno para bendecir al otro.

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